Impresión original de "El Mantón de Manila / Corrido de La Armonía" con grabados atribuidos a José Guadalupe Posada. Publicado por la imprenta de Antonio Vanegas Arroyo en México DF en 1918.

Estas canciones populares eran parte de la tradición musical y cultural en México a principios del siglo XX. "Mantón de Manila" es un corrido que se centra en una prenda de vestir llamada mantón de Manila, que es un chal decorativo de origen filipino. Este corrido solía relatar historias románticas y a menudo estaba acompañado por la danza.

El "Corrido de la Armonía" es una canción que elogia y celebra la música y los instrumentos musicales. La canción destaca la alegría que brindan los instrumentos, ya sean de cuerda o de viento, cuando suenan juntos en armonía. Cada estrofa de la canción menciona un instrumento musical y su papel en la creación de esta armonía musical. El protagonista de la canción expresa su gusto por las armonías musicales y cómo su corazón se alegra al escuchar los diferentes sonidos de los instrumentos. La canción elogia la belleza de cada instrumento, desde el pistón hasta el violín, la flauta, el clarinete, el bandolón y el bajo, destacando cómo cada uno contribuye a la armonía general.

También se menciona que las mujeres a veces son cautivadas por la música y que, cuando oyen una canción alegre, pueden sentirse tentadas a unirse a la diversión, lo que añade un toque de humor a la canción. La canción finaliza con un toque amigable, recordando a los cantantes que no deben olvidar a Juan Torres cuando estén en un fandango, posiblemente refiriéndose a un amigo o compañero de la música. En general, el "Corrido de la Armonía" celebra la música y los instrumentos musicales como fuente de alegría y unidad en la vida cotidiana.

Ambos corridos son ejemplos de cómo la música popular se utilizaba para narrar historias, expresar emociones y reflexionar sobre temas importantes en la vida cotidiana de la población mexicana en ese período.